Análisis: Todo sobre el cepillo exfoliante
En los últimos años, el cepillo exfoliante está ganando popularidad, ya que es apto para todo tipo de pieles y ejecuta una limpieza profunda, suave y efectiva.
De hecho, se ha convertido en el aliado perfecto del cuidado personal. Puedes controlar la frecuencia de uso y la presión que ejerces. Por tanto, incluso las pieles sensibles pueden beneficiarse de él.
No en vano, al activar la circulación y el drenaje linfático facilita la eliminación de las toxinas y residuos que merman el óptimo aprovechamiento de los nutrientes.
Con un uso regular, tolerable para tu tipo de piel, lograrás estimular la producción de colágeno y prevenir el envejecimiento prematuro al tiempo que disfrutas de un momento relajante y agradable.
Tipos de cepillos exfoliantes
Aunque existen sustancias granuladas, como el azúcar o la sal, que puedes emplear para exfoliarte, su capacidad de arrastre resulta abrasiva para algunas pieles.
Así, el cepillo de limpieza facial o corporal es la alternativa idónea para obtener los mismos resultados de un modo más seguro.
No te pierdas: Qué es y para qué se usa el ácido glicólico
En el mercado hallarás multitud de modelos entre los que debemos distinguir los diseñados para ser utilizados en el rostro y los destinados a la exfoliación corporal.
Por lo general, los corporales cuentan con un mango más largo, para poder alcanzar lugares de difícil acceso como la espalda, así como con cerdas más rígidas.
Los cepillos faciales tienen cerdas más cortas y flexibles, siendo los de puntas redondeadas los más adecuados para no irritar en exceso tu piel.
Además, tanto los faciales como los corporales pueden ser manuales o eléctricos, esto es, que actúan por vibraciones.
Estos últimos pueden disponer de temporizador, de múltiples funciones configurables como, por ejemplo, el masaje, o ser resistentes al agua. Más adelante, te mostraremos cuáles son los aspectos en los que deberías fijarte al seleccionar el tuyo.
Cómo utilizarlo en el rostro
Dado que el cutis del rostro es más delicado que el del resto del cuerpo se recomienda utilizar el cepillo con la piel humedecida, preferentemente con agua tibia.
Reparte una pequeña cantidad de tu limpiador facial con la ayuda del cepillo exfoliante. Deberás dibujar círculos ascendentes, comenzando por la frente y descendiendo hacia el mentón.
Realiza un ligero masaje, de unos 2 minutos de duración, comenzando por el puente de la nariz y ve subiendo hacia el nacimiento del pelo.
Repite el proceso en la dirección contraria y procede del mismo modo en las mejillas y en la barbilla. Cuando hayas terminado enjuaga con agua templada y seca con una toalla de algodón dando pequeños toques.
Tu piel estará lista para ser hidratada con tu crema habitual o con un sérum facial.
Los dermatólogos aconsejan los enriquecidos con vitamina C porque contienen un alto porcentaje de antioxidantes que estimulan la producción de colágeno. Lucirás una piel más lisa y radiante.
La aplicación nocturna coadyuva a potenciar este efecto rejuvenecedor.
Te recomendamos: Haz tu propio exfoliante corporal casero con mi receta
Cómo utilizarlo en el cuerpo
Para la exfoliación corporal la piel debe estar limpia y seca. Por ello, te recomendamos hacerlo antes de la ducha.
Comienza desde las piernas y ve subiendo hacia los hombros practicando un ligero masaje, sin mucha presión, en forma de círculos ascendentes. Eso sí, en las zonas más rugosas, como tobillos o codos, deberás hacer más hincapié.
Acomete varias pasadas en la misma zona para cerciorarte de haber suprimido todas las pieles muertas e impurezas que permanecen adheridas al estrato córneo y que impiden que la epidermis pueda nutrirse y oxigenarse en condiciones óptimas.
Al terminar el masaje retira los restos con agua tibia, seca con suavidad y humecta.
Los aceites de coco, idóneo para las pieles grasas por ser comedogénico, el de oliva o el de almendras dulces poseen un gran poder emoliente al tiempo que favorecen la elasticidad y firmeza de la piel por su alto contenido en antioxidantes.
Se desaconseja utilizar el cepillo si la piel está sensibilizada, por ejemplo, por la depilación.
La exfoliación que conseguirás será suave, mucho más tolerable que la de los exfoliantes físicos o químicos.
Sin embargo, deberás atender a tu tipo de piel para ajustar la frecuencia de uso.
Es natural comprobar que a los pocos días de exfoliarte aparecen escamas, no te alarmes. Son las células muertas e impurezas que se están desprendiendo.
Beneficios del uso del cepillo de limpieza facial
¿Sabes que la zona de la frente, de la nariz y de la barbilla, conocida como la zona T, acumula la mayor parte del sebo presente en el rostro?
El cepillo exfoliante, además de limpiar en profundidad y estimular la renovación celular, controla el sebo, suprime esos antiestéticos brillos y cierra los poros dilatados.
Al activar la circulación y el transporte de las toxinas a través de la linfa consigue uniformizar e iluminar el cutis.
La utilización combinada del cepillo con la aplicación de una crema hidratante, o de un sérum facial, ricos en vitaminas E y C ejercerá un efecto multiplicador en tu rutina de prevención del envejecimiento.
Beneficios del uso del cepillo para la exfoliación corporal
Una de las bondades más repetidas del cepillo exfoliante corporal es su contribución a la erradicación de la celulitis.
Utilizado a diario y en seco moviliza los adipocitos y promueve su natural evacuación a través del drenaje linfático.
A su vez, suaviza la piel, la prepara para los posteriores tratamientos y previene el enquistamiento del vello.
En qué fijarte al elegir tu cepillo exfoliante
Son varios los factores que te ayudarán a adoptar la decisión acertada.
En este sentido, su diseño ergonómico, su peso, su facilidad de uso, que posea cerdas naturales o la posibilidad de configurar funciones adicionales son aspectos que sobre la base de cuál sea tu presupuesto y tus necesidades decantarán la balanza.
Los eléctricos al incluir mayores prestaciones y ser más sofisticados suelen ser más caros que los manuales.
Estos últimos son muy sencillos de utilizar. De hecho, su uso es muy similar al del guante o esponja exfoliante.
¿Su uso presenta alguna contraindicación?
La respuesta es que sí. Abusar del cepillo exfoliante puede acelerar el metabolismo dermatológico tornando tu piel más oleosa.
Esto es debido a la modificación que se genera en el manto hidrolipídico. Igualmente, si tu piel es sensible y lo empleas a diario es posible que consigas destruir la barrera natural que la protege.
Someterás a un estrés excesivo a las nuevas células epidérmicas.
El tono desigual, las manchas secas, el sarpullido, el prurito, el enrojecimiento y la permanente sensación de piel irritada serán sus secuelas.
Deberás espaciar su uso para permitir que tu piel se recupere y restablezca su estructura. Fuera de esto el empleo del cepillo es seguro y beneficioso.
Consejos para su correcta conservación
Siempre resulta recomendable no utilizar el mismo cepillo para el rostro y para el cuerpo, ya que los requerimientos de resistencia de las cerdas para no irritar la piel son diferentes.
Además, esta práctica no es muy higiénica. Lo mismo podemos afirmar de la costumbre de compartir el cepillo con otra persona. La propagación de bacterias no tardará en aparecer.
Después de su uso deberás limpiarlo bajo el grifo para retirar todos los restos de suciedad que puedan quedar. Deja que se seque en un lugar seco y bien ventilado.
El baño es una buena ubicación, no así un lugar próximo a la ducha. Cada cierto tiempo, por ejemplo cada 2 semanas, lleva a cabo una limpieza desinfectante del cepillo con alcohol.
Una vez desinfectado, recuerda enjuagarlo para evitar que el alcohol irrite tu piel la próxima vez que lo utilices.
Como ves, el cepillo exfoliante se ha ganado por méritos propios su consideración como recurso a tener muy en cuenta cuando de exfoliación se trata. ¿Acostumbras a utilizarlo?