¿Cómo hacer un aceite corporal casero?
Los masajes parecen un lujo solo reservado para las manos de un profesional, pero también son una manera muy eficaz de conseguir nutrir tu cuerpo en cualquier momento desde tu hogar. Solo tienes que ir con cuidado y utilizar un buen aceite corporal. Por ejemplo, uno casero.
Da igual si durante la pandemia te convertiste en una experta del do it yourself o si tienes manos de mantequilla, porque existen soluciones aptas hasta para las menos habilidosas. Hoy precisamente he recopilado algunas de las más interesantes para que te inicies en este proceso tan recomendable.
¿Que por qué me parece tan interesante? Porque es una manera mucho más rápida y sencilla de lo que puedas pensar de conseguir un cosmético completamente adaptado a tus gustos y necesidades. De esta forma puedes elegir su textura, aroma y, sobre todo, las propiedades.
Además, así puedes lograr que su formulación sea completamente natural y evitar los ingredientes nocivos, como los alcoholes, los irritantes o los parabenos. Para poder lograr todos estos beneficios, no tienes más que seguir las pautas que veremos a continuación.
¿Cuáles son los beneficios de los aceites corporales?
Por si no tienes claro por qué los aceites corporales son tan interesantes, vamos a explicarlo brevemente. Además, aunque presentan algunas similitudes con las cremas, sus características y propiedades también tienen pequeñas variaciones.
De entrada, la más notable se aprecia a simple vista. El aspecto es algo más líquido y esto también se nota en la textura, que es más ligera. Esto hace que sea menos untuosa y que, por lo general, se pueda extender que mucha más facilidad por todo el cuerpo, en una capa homogénea.
Como consecuencia directa de su fluidez, el producto penetra mucho más a fondo en la epidermis. Esto tiene como consecuencia directa que actúe con mayor eficacia desde el interior del organismo. Por tanto, los resultados se aprecian en menos tiempo.
Otra de sus ventajas principales es que tienden a ser cosméticos muy nutritivos, que ofrecen un nivel de hidratación muy elevado. Vamos, que si tienes la piel seca te ayudará a mejorar el estado en el que se encuentra la misma.
También permite reducir las señales de la edad o cualquier otra irregularidad u hoyuelo del cuerpo. Al mismo tiempo, permite curar quemaduras o cicatrices y regenerar las zonas dañadas. Efectivamente, sus ventajas son inmensas.
Por supuesto, dependiendo del tipo de aceite que elijas conseguirás otros muchos beneficios. Asimismo, el uso que le des y la combinación que crees determinarán el resultado final de la mezcla, como veremos en los siguientes apartados.
El método de empleo correcto
Para lograr que los aceites esenciales sean más eficaces y sus resultados se prolonguen en el tiempo, es necesario que seas constante en su uso. Al menos tendrás que aplicarlo una vez al día, a través de un masaje con movimientos circulares, que fomentan que se asimile más rápido.
Si encima realizas una ligera presión, lograrás calmar las molestias musculares y reactivar la circulación, para que la sangre le aporte a la dermis todos los nutrientes que necesita. Por último, espera unos segundos a que acabe de absorberse, ¡y listo! Ya puedes disfrutar de sus beneficios.
¿Qué tipo te recomiendo en cada caso?
La variedad de aceites esenciales que existe es inmensa, hasta el punto de que puede resultar agobiante hacer frente a tanta oferta. Para que no te bloquee la indecisión, te traigo una pequeña recopilación de los productos más interesantes dependiendo de tus necesidades.
Seguro que ya te lo imaginas, pero dependiendo de los ingredientes de los que esté hecho el producto se consiguen unos efectos u otros. Los que mejor funcionan en determinadas situaciones son los siguientes:
Para obtener la mejor nutrición
Uno de los motivos más frecuentes por los que acudimos a los aceites esenciales es la sequedad. Si este es tu problema, el aceite de almendras dulces será tu elegido. Más allá de ser una excelente humectante, ocasiona una sensación de alivio inmediato.
Encima, si padeces dermatitis también te vendrá genial, porque funciona como antiinflamatorio y contiene un alto contenido en emolientes. Por si fuera poco, unifica el tono general de la dermis y reduce la presencia de manchitas.
Para curar todo tipo de heridas
Sea por el motivo que sea, en ocasiones aparecen grietas o heridas de cualquier tipo en nuestra piel. Para fomentar su cicatrización al mismo tiempo que añades una gran nutrición, apuesta por el aceite de rosa mosqueta.
No solo eso, ya que es un producto que fomenta la regeneración celular, lo cual permite que nazca una nueva capa más lisa, uniforme y sana de piel. Eso sí, ten en cuenta que se trata de un aceite fotosensible, por lo que no lo apliques antes de exponerte a la luz solar directa.
Para evitar los picores
Si la alergia o la dermatitis te hacen la vida imposible y no puedes resistir la constante sensación de rascarte, confía en las propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas del aceite de caléndula.
También puedes apostar por el aceite de aloe vera, que es la opción comodín porque aporta una sensación calmante inmediata. Además tiene beneficios regenerativas y, encima, nutre en profundidad. Vamos, que te sirve para todo.
Para reducir las grietas
En caso de que tu cuerpo haya comenzado a agrietarse o tenga tendencia a ello, dale caña al aceite de argán. Una vez más, los antioxidantes son clave, pues sirven para calmar molestias, reducir las heridas y aportar nutrición.
Para frenar el avance del acné
Por el contrario, si tienes la piel grasa y no sabes cómo librarte de este problema, usa aceite de lavanda. Además de tener un aroma excelente y de combatir las bacterias y los virus, sirve para cicatrizar las heridas al mismo tiempo que regula la presencia del sebo.
Para combatir las pieles grasas en general
En la línea vista anteriormente, no hay nada mejor que el árbol del té para desbloquear las glándulas sebáceas y purificar los poros, pues su obstrucción es lo que fomenta la aparición de granitos. Encima cuenta con grandes propiedades antimicrobianas que impiden que la piel se infecte y salga pus.
Para modelar tu cuerpo
Para quién quiera tonificar y modelar la figura, el aceite de algas aprovecha sus cualidades marinas para romper los cúmulos de grasa que se forman en el interior de la epidermis. Por tanto, sirve para luchar contra la celulitis y para reducir ligeramente la figura.
¿Cómo puedes realizar una buena mezcla?
Ahora que ya tienes claro qué aceites son más interesantes en cada caso, vamos a ver cómo puedes combinarlos. Es importante encontrar un equilibrio y que no te pongas a mezclar a lo loco, porque una mayor cantidad de ingredientes no conseguirá que el cosmético sea más eficaz.
Las cantidades correctas
Lo importante es que uses aquellos productos que mejor resultado ofrecen en cada caso. Eso lo dejo a tu elección, pero te voy a dejar por aquí una plantilla base para que sepas por dónde comenzar. Con esto en mente, las cantidades en cualquier caso son las siguientes:
- Comenzamos con 130 ml de cada uno de los dos aceites esenciales principales que hayas escogido. Si solo quieres emplear uno, aumenta la cantidad hasta 260 ml. En caso de duda, el aceite de almendras por lo nutritivo que resulta es estupendo. O el de aloe vera, que es el compuesto comodín.
- Después puedes optar por algún ingrediente extra que le aporte cierta densidad a la textura, si es lo que así prefieres. Por ejemplo, la miel es una buena opción, porque es un gran humectante, aunque el gel de aloe vera es otra alternativa. Cuidado, porque si echas mucha cantidad dejará de ser un aceite corporal.
- Por último, si no tienes la piel muy sensible, añade 3 ml de esencia de naranja o de limón. Además de que le aporta un aroma excelente, sirve para prevenir las infecciones al mismo tiempo que previene el envejecimiento prematuro.
- De nuevo relacionado con la fragancia, ten en cuenta que unas gotitas de esencia de pomelo, vainilla, tomillo o cualquier otra alternativa te ayudarán a personalizar todavía más el producto.
La forma de mezclarlos
Una vez tienes todo listo sobre la mesa, selecciona el envase que vayas a utilizar y los objetos con los que vayas a mezclar todo. Tienes que lavarlo muy bien, y también tus manos, para evitar que se produzca una contaminación de algún tipo.
En un bol, preferiblemente de cristal, echa los dos aceites esenciales que hayas elegido y bate bien hasta que se combinen. Después, echa algún espesante, si es que vas a usarlo y repite el proceso. Por último, agrega las esencias que prefieras.
Para terminar, remueve un poquito más con una cuchara, hasta que veas que la mezcla es uniforme. Hazlo primero en una dirección y después en la contraria, para fomentar la integración.
Por si acaso, te recomiendo que hagas una pequeña prueba en la muñeca, para ver si la textura, el aroma y la sensación general que ofrece te convencen. Si ves que algo no te convence, todavía estás a tiempo de rectificar, así que aprovecha.
A continuación, usa un embudo para pasarlo al envase en el que vayas a conservarlo, pues así evitarás el desperdicio y reducirás la posibilidad de mancharte. Este bote conviene que sea de cristal opaco, para que los rayos solares no dañen el contenido.
También que cuente con un dispensador, para extraer mejor la cantidad necesaria cada vez y para que no contamines el aceite al tocarlo directamente con tus manos. De todas formas, no te olvides de guardarlo en un lugar fresco y seco, para que aguante más tiempo en mejor estado. Con esto ya sabes cómo hacer un aceite corporal casero.